viernes, 24 de febrero de 2023

 

𝗦𝗼𝗹𝗲𝗺𝗻𝗲 𝗤𝘂𝗶𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼 𝘆 𝗦𝗼𝗹𝗲𝗺𝗻𝗲 𝗙𝘂𝗻𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗣𝗿𝗶𝗻𝗰𝗶𝗽𝗮𝗹 𝗱𝗲 𝗜𝗻𝘀𝘁𝗶𝘁𝘂𝘁𝗼

 
  Esta Muy Antigua y Venerable Archicofradía celebrará entre los días 28 de febrero y 4 de marzo, 𝗦𝗼𝗹𝗲𝗺𝗻𝗲 𝗤𝘂𝗶𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼 en honor de nuestros Sagrados Titulares, que dará comienzo, todos los días, a las 20:00 h, con el rezo del Santo Rosario, Ejercicio del Quinario y Santa Misa.
El domingo día 5 de marzo, a las 12:30 h, se culminará con la 𝙎𝙤𝙡𝙚𝙢𝙣𝙚 𝙁𝙪𝙣𝙘𝙞𝙤́𝙣 𝙋𝙧𝙞𝙣𝙘𝙞𝙥𝙖𝙡 𝙙𝙚 𝙄𝙣𝙨𝙩𝙞𝙩𝙪𝙩𝙤, presidida por el Rvdo Sr Fray Laureano de Chueca.
(Se recuerda a los Hermanos la obligatoriedad de asistir a los cultos).

 

jueves, 16 de febrero de 2023

𝘾𝙊𝙉𝙊𝘾𝙀 𝙇𝘼 𝙃𝙄𝙎𝙏𝙊𝙍𝙄𝘼 𝘿𝙀 𝙉𝙐𝙀𝙎𝙏𝙍𝘼 𝙃𝙀𝙍𝙈𝘼𝙉𝘿𝘼𝘿: ''𝙀𝙡 𝙚𝙭𝙥𝙤𝙡𝙞𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙘𝙖𝙧𝙙𝙚𝙣𝙖𝙡 𝙮 𝙚𝙡 𝙈𝙞𝙡𝙖𝙜𝙧𝙤 𝙙𝙚 𝙂𝙪𝙖𝙙𝙞𝙖𝙧𝙤''
Aún hoy en día, algunas personas y cofrades de Sanlúcar creen en el insidioso rumor de que las imágenes del Santo Entierro no son las imágenes originales que poseyó históricamente esta Hermandad. Desde estas líneas vamos a intentar verter algo de luz sobre el porqué se originó esta leyenda.
Corría el año del Señor de 1938 cuando cierra el Colegio de los Escolapios (hoy La Salle) desencadenando este hecho una serie de vicisitudes que marcarán una época nefasta en el devenir de nuestra antiquísima corporación. Al quedar vacía estas instalaciones anexas a San Francisco, el cardenal de Sevilla, Pedro Segura y Sáenz, comenzará a urdir una serie de medidas para su uso por parte de la Archidiócesis de Sevilla, a la que pertenecía tanto la iglesia como el colegio. Ya en 1940, el cardenal, decide unilateralmente, trasladar nuestro titular, el Señor de las Cinco Llagas, a San Juan de Aznalfarache, probablemente para que presidiera el fastuoso templo del Sagrado Corazón que estaba construyendo en esa localidad. Ni que decir tiene que nuestra Hermandad, corrió rauda a recurrir tremendo atropello, elevando un pleito ante el Tribunal de la Rota, que dictaminó que la imagen debía permanecer en San Francisco. La Hermandad había vencido, pero su calvario solo había comenzado.
Aquel revés judicial debió de acrecentar su inquina sobre la Cofradía y en 1942 el cardenal vuelve a la carga, cerrando al culto la Iglesia de San Francisco para que esta quedara de uso exclusivo para los aspirantes a sacerdotes del Seminario Menor que recién se había creado en el desaparecido Colegio de los Escolapios. Al ser la iglesia de uso exclusivo para el seminario, la Hermandad del Santo Entierro parecía estar de más en San Francisco. El cardenal ordena la expulsión teniendo la Hermandad que cambiar su sede canónica a la parroquia de Santo Domingo. Comenzaba así un cruel exilio. Para completar el agravio, la Hermandad no solo se vio obligada a irse de su sede, sino que además tuvo que abandonar en San Francisco a sus sagrados titulares porque, según alegaba miembros del Arzobispado: "las imágenes del Sto. Entierro son de gran mérito, según me dice ntro. sr. cardenal, hechas expresamente para la iglesia de San Francisco, y no puede consentir que salga(n) de ella. Mas que para la Hdad. no carezca de unas imágenes iguales a las que pueda dar culto, está dispuesto a mandar hacer una reproducción de las mismas, que pueda colocarse en Santo Domingo".
Es decir, de la noche a la mañana, el Santo Entierro, de manera arbitraria, es expulsado del templo donde había permanecido durante dos siglos (y lo que resultó más lacerante) expoliado de sus dos queridas imágenes titulares y de su portentoso retablo.
En 1945 ya no se pudo realizar la salida de Semana Santa, porque no había imágenes con las que procesionar, por lo que la Junta de gobierno se ve obligada a encargar nuevas imágenes al imaginero sevillano Antonio Eslava, y para sufragar su coste se le pidió ayuda al alcalde recordando que la procesión del Santo Entierro era «Procesión Oficial» del Ayuntamiento desde 1845. Las imágenes estuvieron acabadas en 1947, procesionando desde Santo Domingo en la Semana Santa de ese mismo año, pagando el alcalde Tomás Barbadillo Delgado, el coste de la nueva Virgen de la Soledad. Reseñar que la nueva imagen del cristo yacente, para más inri, no era articulada, con lo que se impedía también realizar la ceremonia de la crucifixión. A pesar de que la intención de la Corporación era conseguir dos imágenes, lo más parecidas posible a las originales (y sin entrar en disquisiciones sobre la calidad artística de las imágenes de Eslava) era obvio que las nuevas tallas entregadas por Eslava, poco tenían que ver con las primigenias.
Era, en definitiva, una desgracia tras otra las que se abatían sobre esta humilde Hermandad; todo parecía perdido. Pero afortunadamente la providencia hace su aparición en 1955, en forma de historiador, pues Don Alejandro Zambrano descubre en el archivo particular de Manuel López de la Piedra, una copia del inventario de la desamortización de la iglesia de San Francisco de 1835, en donde se reconocía que: “Una imagen del Señor Difunto del tamaño del natural de mucho mérito, propio de la Hermandad del Santo Entierro con una puerta de cristal” y “una imagen de la Señora de la Soledad del tamaño del natural, de candelero, propio de la misma Hermandad”. Con estos documentos que acreditaban la propiedad de las imágenes, el mayordomo Domingo Medina Lozano, solicita un año después, al nuevo arzobispo de Sevilla, Bueno Monreal, la vuelta a San Francisco y la devolución de las imágenes, petición que fue aceptada. Es así que en 1956 vuelve nuestra Hermandad a desfilar por las calles de Sanlúcar con nuestros venerados y antiquísimos titulares. Por esta gesta el Historiador Alejandro Zambrano fue nombrado hermano honorario a perpetuidad de esta Hermandad y su memoria debiera merecer loor eterno por todos nosotros. De hecho, este artículo, no deja de ser un humilde homenaje a su benemérita labor.
¿Pero qué aconteció con las copias que realizara Antonio Eslava para la Hermandad?. En 1970 las imágenes, por orden del Cardenal Bueno Monreal, fueron enviadas a la Parroquia de Guadiaro, pedanía de San Roque (Cádiz) y sirvieron para constituir una nueva Hermandad que hoy aún procesiona bajo la advocación de: ‘’Hermandad Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de los Dolores’’. En esta feligresía, la’’copia’’ de Soledad de María, ganó fama de milagrosa, pues protagonizó el llamado ‘Milagro de Guadiaro’: el domingo 29 de mayo de 1983, mientras se llevaba a cabo una ceremonia de primera comunión con más de 600 personas, se derrumba el techo de la Parroquia de Guadiaro, pero prodigiosamente nadie sale herido, quedando intacto sólo un fragmento del techo, justo el trozo del techo que cobijaba a la imagen de la Santísima Virgen. Desde entonces, todos los 28 de mayo, la que fuera nuestra Virgen durante unos años, sale en procesión para conmemorar este milagroso hecho.
(𝙁𝙚𝙙𝙚 𝙂𝙖𝙧𝙧𝙞𝙙𝙤).